Blockchain lleva años entusiasmando a los expertos en economía circular con su prometedora función de rastreo de materiales. Pero las importantes ventajas que ofrece a nivel de sistemas requieren un mayor nivel de colaboración.
Published on 30 August 2022
Por Claire Murphy, Editor, Fundación Ellen MacArthur
Si no ha oído hablar de blockchain, es posible que haya estado viviendo en una cueva durante los últimos años. La tecnología de libro mayor distribuido (o "distributed ledger technology", DLT, por su sigla en inlglés), que surgió por primera vez como una forma de facilitar las criptomonedas, se ha promocionado como la respuesta a todo, desde empoderar a los refugiados a curar el cáncer.
Su valor reside en simplificar y mejorar la precisión de una función comercial omnipresente pero a menudo compleja: el intercambio y actualización de información transaccional entre los participantes de una red. DLT ofrece una forma descentralizada de hacerlo, lo que significa que ningún actor puede controlar todo el sistema, que la transparencia está garantizada y que los días de rellenar e intercambiar hojas de cálculo han desaparecido.
Blockchain es un tipo de DLT con una característica específica: el uso de bloques de información vinculados entre sí (sí, en una cadena) con una "firma" cifrada que impide la piratería informática.
Una función de contratos inteligentes significa que puede programarse para que emita contratos o acciones automáticamente cuando se cumplan determinadas condiciones; por ejemplo, cuando una empresa registre que ha utilizado un componente remanufacturado en un producto, podría programarse para permitir su inclusión en una cadena de suministro determinada. Una plataforma blockchain puede ser pública -abierta a cualquier organización- o privada, a menudo reservada a los miembros de una determinada cadena de suministro.
Es tan potencialmente transformadora para muchos aspectos de las operaciones empresariales que Gartner predice que el valor de los ingresos generados a través de blockchain alcanzará los 3,1 billones de dólares en 2030.. Puede que esté de moda, pero su éxito no es efímero.
¿Cuál es el valor de la blockchain para la economía circular?
Una economía circular ofrece la oportunidad de resolver problemas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Es un cambio fundamental del sistema que rompe el vínculo entre la actividad económica y el proceso de extracción del banco finito de recursos de la Tierra, haciendo que los sistemas sean más resistentes y regenerativos. Una economía circular se basa en tres principios: eliminar los residuos y la contaminación, la circulación de productos y materiales a su máximo valor y regenerar la naturaleza, todo ello mediante el diseño.
Blockchain es ideal para ayudar en esa tarea de circulación, identificando y controlando los materiales y componentes a lo largo de toda la cadena de suministro para que puedan reutilizarse, refabricarse o (cuando eso ya no sea posible) reciclarse o compostarse. También hay pruebas de que puede contribuir a la regeneración de la naturaleza. La empresa de gestión de residuos Suez utiliza blockchain para registrar todas las etapas de la transferencia de lodos de aguas residuales a suelos agrícolas.
Pero su función principal en la economía circular ha sido hasta ahora el control de materiales no biológicos. Vinculado a un sistema GPS o Internet de las Cosas (IOT por su sigla en inglés) que rastrean sus movimientos y adaptaciones, un producto puede llevar consigo un rastro de información actualizada dinámicamente alojada en una blockchain que permite a cada usuario de la cadena tomar decisiones informadas sobre la gestión de los materiales.
Esto puede ayudar a los fabricantes a obtener componentes que una cadena de bloques puede registrar como reciclados o remanufacturados, ayudando a las empresas a cuantificar claramente sus reducciones en el uso de materiales vírgenes. Coca-Cola utiliza blockchain para registrar y recompensar el trabajo de los recogedores informales de materiales reciclables en África, lo que facilita el seguimiento y la trazabilidad de los materiales reciclados a lo largo de la cadena de suministro. Para los productos que comprenden una compleja mezcla de materiales y componentes, esto puede ser una ayuda importante.
La tecnología también puede ayudar al usuario final a tomar una decisión informada sobre la mejor manera de reparar o desechar un producto y/o sus componentes. El detalle de los datos almacenados (a los que se accede mediante QR, código de barras o RFID) permite a todas las partes de la cadena de valor de un producto compartir efectivamente la responsabilidad de sus flujos de materiales, lo que posibilita la economía circular en la práctica.
Por ejemplo, Electrolux está trabajando con el fabricante de polímeros Covestro para encontrar mejores formas de reciclar la espuma rígida de poliuretano de los frigoríficos, como parte del programa Circular Foam de la UE. El proceso físico actual para ello es complejo; utilizando blockchain (en la plataforma de Circularise) permite al fabricante almacenar datos sobre las formas recomendadas de desmantelar el frigorífico al final de su vida útil, con el fin de recuperar la espuma de la forma más eficaz.
La blockchain también ofrece la posibilidad de preparar el proceso de recuperación para el futuro. La información sobre los materiales puede almacenarse incluso para componentes cuya recuperación no es viable en la actualidad, lo que abre la posibilidad de reutilizarlos o reciclarlos una vez que se desarrollen los métodos.
Algunos estudios han indicado que el alto grado de supervisión que ofrece blockchain puede, de hecho, dar lugar a un mayor nivel de circulación de materiales. Un estudio de 290 empresas manufactureras en el Corredor Económico China-Pakistán descubrió que cada aumento del 1% en el uso de blockchain equivalía a un aumento del 0,341% en el uso de la remanufacturación y el reciclaje.
¿A qué se debe el retraso?
Hasta ahora, prometedor. Pero como incluso los evangelistas de la blockchain estarán de acuerdo, catorce años después de que irrumpiera en escena en el sector financiero como el poder detrás de las criptomonedas, el progreso en el uso de la tecnología dentro de las cadenas de suministro se ha limitado hasta ahora a proyectos piloto. Los objetivos de estos proyectos también han sido, en su mayoría, de marketing, ya sea para demostrar los esfuerzos de una marca por reducir las emisiones de carbono o para demostrar un abastecimiento ético. Las intenciones explícitas de utilizar blockchain para adecuar las cadenas de suministro a una economía circular han sido escasas.
Las principales razones de esta lentitud radican en la ambición inherente a su promesa de economía circular. La tecnología puede tener un potencial apasionante, pero también requiere un nivel de cultura de colaboración que resulta muy diferente para muchas organizaciones acostumbradas a dar órdenes a su cadena de suministro a cambio de su negocio.
Phil Brown, vicepresidente de desarrollo empresarial y estrategia del proveedor de tecnología Circularise, que funciona con la cadena de bloques Ethereum, observa que: "el uso efectivo de blockchain en la economía circular requiere la participación de toda una red de actores, que realicen algunos cambios fundamentales en muchos aspectos de sus operaciones, y eso no es sencillo de conseguir".
En parte, esto se debe a las dudas derivadas de la falta de experiencia sobre cómo puede utilizarse la plataforma en las empresas. La solución de Circularise ha consistido en organizar talleres en los que participan personas de distintas funciones empresariales, que pueden compartir sus experiencias en el uso de blockchain para proyectos de la cadena de suministro, pensar en aplicaciones más amplias y explorarlas con socios.
Pero la idea de los datos abiertos, incluso teniendo en cuenta la función de control de la cadena de bloques que mantiene parte de la información privada (es decir, cuando se aloja en una red privada o utiliza tecnología patentada como Circularise), es un concepto que aliena a algunos.
El minorista de ropa C&A ha estado probando el uso de blockchain para el abastecimiento de materiales sostenibles. Martha Willis, responsable de materiales sostenibles y productos circulares, se pregunta si, al menos en la industria de la moda, algunos eslabones de la cadena de suministro podrían resistirse a la transparencia que exige una cadena de bloques: "No creo que exista todavía la confianza necesaria a lo largo de la cadena de suministro, sobre todo en las hilanderías y los proveedores de materias primas, para que todos los agentes se sientan seguros a la hora de facilitar los datos necesarios. Sospecho que temen que la información se utilice para bajarles el precio o cuestionar sus prácticas".
La adopción está en el horizonte
Pero es posible que ahora se esté produciendo una aceleración en el uso de la tecnología, al menos en Europa, donde los cambios políticos pueden significar ahora que blockchain puede ayudar a las empresas a cumplir nuevos requisitos legislativos.
La nueva legislación europea sobre pasaportes digitales de productos pide a las empresas que creen pasaportes para determinados productos con información que facilite su reutilización y reciclado. Aunque la UE no ha especificado el uso de blockchain, algunos, entre ellos Brown, creen que esta tecnología tiene todas las funciones necesarias para los pasaportes.
A principios de este año Telefónica Tech y Exxita Be Circular crearon el primer Pasaporte Verde Europeo para equipos electrónicos que incorpora tanto blockchain como inteligencia artificial. La trazabilidad de los componentes, más los datos verificables sobre durabilidad y reparabilidad, permiten dar un valor económico a los dispositivos en el mercado de bienes reacondicionados.
Es importante traducir los datos mejorados sobre la procedencia de los materiales en valoraciones de los productos. Es útil que los fabricantes y los usuarios finales sepan qué contienen los productos que procesan o utilizan, para tomar decisiones de compra informadas que hagan más frecuentes los componentes reutilizados, remanufacturados y reciclados. Pero esta es solo una faceta del tipo de cambios necesarios para una economía circular.
Facilitar este sistema más eficaz de reutilización, refabricación y reciclado es un primer paso bienvenido, pero el cambio completo del sistema que se necesita para que una economía circular funcione eficazmente sólo puede ocurrir cuando se incentive económicamente a los productores para que, en primer lugar, diseñen la eliminación de residuos.
¿Aportará el blockchain los nuevos logros de la economía circular a escala?
Brown cree que, aunque las empresas podrían experimentar con blockchain por razones normativas o de certificación voluntaria (así como de ahorro de costes y compromiso con los clientes), el verdadero potencial está en las siguientes fases de adopción. En este nivel superior de uso es donde pueden explorarse diferentes modelos de negocio, con decisiones basadas en la información obtenida del análisis de los datos contenidos en la blockchain.
Una vez que una empresa ha utilizado blockchain para cerrar el bucle de su cadena de suministro (es decir, para facilitar la máxima circulación de productos, componentes y materiales), descubrirá de forma natural que la reutilización, la refabricación y el reacondicionamiento pasan a ser prioritarios tanto en sus operaciones como en las de su cadena de suministro. Esto puede dar lugar a nuevas fuentes de ingresos a medida que la organización descubre formas innovadoras de capturar un valor que antes se desperdiciaba.
Amplificar la circulación de materiales de esta manera también facilita una moneda para estas piezas en circulación, aumentando aún más su uso. Imaginemos que, al escanear un material concreto para evaluar su historial, se carga una opción de recompra preferente, que indica que un proveedor de materiales recomprará el material a un valor específico si se puede mantener la calidad.
El registro de la ubicación, la calidad, la propiedad (y por tanto la responsabilidad) e incluso cualquier pago por la transferencia de los materiales también puede facilitarse en una blockchain (si se establece con una transacción monetaria). En cada etapa de la vida de un producto, puede proporcionar la información necesaria a ese actor para que sea capaz de mantener el mayor valor posible.
Ken Webster, profesor visitante de la Universidad de Cranfield y antiguo responsable de innovación de la Fundación Ellen MacArthur, se muestra escéptico ante algunas de las afirmaciones que se hacen sobre blockchain. Señala que la plataforma tecnológica en sí es menos importante que la función que cumple: un método más eficaz de gestión de datos de materiales. "En una economía circular necesitamos saber de dónde procede un material", explica Webster. "¿Qué contiene? ¿Qué le ocurre? No se puede cerrar el círculo sin saber esas cosas. Lo digital es ahora barato como las patatas fritas, así que avanzamos hacia esa posición, pero hay que formalizarlo".
Webster cree que el verdadero valor de blockchain para la transición a una economía circular puede revelarse en última instancia si puede aumentar la "responsabilidad total del producto". Se trata de una idea, acuñada por primera vez por Walter Stahel que eleva la responsabilidad de las empresas por los materiales comercializados a un nivel superior: la propiedad/responsabilidad real o legal.
Con total transparencia sobre el rastro de materiales, componentes o ingredientes que componen un producto acabado, es más probable que las empresas tomen medidas para minimizar su impacto, rediseñando productos y sistemas para recuperar materiales de la mayor calidad posible. De este modo, según Webster, el impacto de la blockchain podría ir más allá de permitir un "mejor reciclaje", convirtiendo una cadena de suministro en una "cadena de responsabilidad" que impulse la innovación previa para eliminar los residuos.
La legislación desbloquea las principales ventajas de la blockchain
La palanca crucial para acelerar este proceso es la política gubernamental. Si los recursos no renovables se gravan en el punto de uso, y una plataforma tecnológica como blockchain lo permite, podríamos empezar a ver grandes cambios en la forma en que las empresas diseñan sus modelos de negocio y sus productos. Con incentivos financieros para eliminar los residuos y los materiales que causan contaminación, las estrategias empresariales podrían alinearse mejor para facilitar una economía circular.
Esto es lo que puede conseguirse mediante Responsabilidad Ampliada del Productor en los que las empresas pagan una tasa para cubrir el coste de la recuperación al final de la vida útil. Ya hay algunas pruebas preliminares de investigación de que la tecnología blockchain podría ayudar a las industrias a gestionar el flujo de datos necesario para que estos sistemas funcionen. Las tasas y dividendos del carbono son otra forma de transferir la responsabilidad: cobrar a los fabricantes por el carbono que emiten a la atmósfera.
Si la blockchain puede evolucionar de forma que permita este tipo de sistemas, entonces podría tener éxito a la hora de permitir a las empresas ser verdaderamente responsables de los materiales que eligen para sus productos. De este modo, sus opciones de diseño cerrarán de forma mucho más eficaz el bucle de la cadena de suministro en sus operaciones y maximizarán los flujos de valor que albergan. Blockchain podría ser entonces el catalizador que nos lleve a la siguiente fase de una economía circular.